Una investigaci¨®n realizada por cinco alumnas de un instituto de secundaria en Dinamarca revela los efectos que las ondas emitidas por los m¨®viles y los routers con WiFi pueden ejercer sobre el entorno, en concreto, sobre las plantas.
Estas chicas escogieron un router porque el tipo de microondas que emite es muy similar a las que transmiten los tel¨¦fonos m¨®viles, y ubicaron junto a este dispositivo una maceta con seis semillas de berro sembradas. Despu¨¦s, en otra habitaci¨®n independiente, en la que las condiciones eran las mismas (agua, temperatura y luz solar fueron controladas por las chicas para que as¨ª fuera), a excepci¨®n de la ausencia, en este caso, del router, plantaron otras seis semillas de berro del mismo tipo en otra maceta, as¨ª lo publica ABC.es.
El resultado, tras doce d¨ªas de experimento, es que las semillas que no se situaban junto al router germinaron normalmente, mientras que las que s¨ª estaban ubicadas en la habitaci¨®n del m¨®dem hab¨ªan mutado de color y forma: estaban marrones, ajadas y resecas. Kim Horsevad, profesora de las estudiantes, ha explicado que, aunque las alumnas repitieron dos veces el experimento y lo hicieron lo mejor que pudieron dentro de sus habilidades, no se trata de un estudio profesional, sino de un experimento de instituto.
Sin embargo, Horsevad ha defendido ante los medios que sus estudiantes se encargaron de controlar que las condiciones fueran exactamente las mismas para ambas macetas de semillas. Entre las reacciones que ha despertado la noticia, muchas aseguran que fue el calor del router lo que ha secado las semillas, y no sus microondas, ante lo cual Horsevad responde que el dispositivo estaban ubicados a la distancia suficiente como para que esto no sucediera y que la temperatura de las plantas fue comprobada y monitorizada mediante un termostato.